Se remataron piezas de Francisco Toledo, Miró, Felguérez, Carrington, Gironella y Andy Warhol, entre otros artistas. Algunos donaron a la causa el ciento por ciento.

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El gobierno cansa a los pueblos para que dejen de luchar, pero nosotros, los wixárika, vamos a seguir hasta las últimas consecuencias, señaló uno de los representantes de ese pueblo.

Wirikuta, lugar sagrado del pueblo wixárika (huichol), está amenazado no sólo por las empresas mineras, sino también por las tomateras, advirtió Santos de la Cruz Carrillo, representante del pueblo wixárika, durante la subasta de arte que se realizó el sábado pasado en la Casa de la Universidad de California en México, donde salieron a la venta 227 obras de autores como Francisco Toledo, Raúl Anguiano, José Luis Cuevas, Dr. Lakcra, Manuel Felguérez, Rufino Tamayo, Joan Miró, Luis Nishisawa, Leonora Carrington, José Chávez Morado, Andy Warhol y Alberto Gironella, entre otros.
Algunos de los artistas donaron el ciento por ciento de lo recaudado por su obra para la defensa de ese sitio sagrado. La subasta, convocada con el nombre Festival Cultural Iyari Kuatikuerie (Corazones Fértiles), fue organizada por el Frente en Defensa de Wirikuta y otras organizaciones no gubernamentales.
Nosotros, como pueblo wixárika, hemos vivido amenazas en contra de nuestro territorio, muchos embates a nuestro patrimonio; sin embargo, nunca habíamos tenido una amenaza tan fuerte como lo que está pasando en Wirikuta. Hoy ya no es un despojo, ya no es un saqueo de recursos o una invasión a nuestra cultura: ahora está en peligro una cultura, están exterminando una cultura que hemos mantenido de mucho tiempo, una cultura milenaria y por tanto quieren acabar con un pueblo, el wixárika, subrayó De la Cruz Carrillo.
Es una vida más
Muchos pueblos han desaparecido, no solamente por esas amenazas sino por otras vías, por otros embates; nos preocupa que una cultura tan viva, tan sagrada, esté en este proceso, y por ello estamos aquí concientizando a la gente, para apoyar y defender una vida, el centro ceremonial de Wirikuta, porque para nosotros, como pueblo wixárika, es una vida más.
No solamente está la amenaza de las empresas mineras, añadió, sino de las tomateras, “que han desmontado grandes superficies de tierra. El daño es ecológico, al medio ambiente, pero sobre todo a la planta sagrada que es el hikuri (peyote), que es el mismo venado, el maestro de la cultura wixárika.
Wirikuta es una universidad, porque nuestro maestro es el hikuri, el venado, es el que nos guía en todo este proceso espiritual, y nosotros, como sus discípulos, tenemos que defender ese sitio.
También se han dado concesiones en otros sitios wixárikas, como Jaramara, en el puerto de San Blas. Se está vendiendo Jaramara, y eso nos preocupa mucho, porque lo que está pasando en Wirikuta y otros lados es que no hay consulta, no hay diálogo directo. Estamos muy preocupados, porque nos están atacando en todos lados. El gobierno cansa a los pueblos, a las comunidades, para que dejen de luchar y renuncien a sus pretensiones como pueblos, pero nosotros, los wixárika, vamos a seguir hasta las últimas consecuencias y lograr que esas empresas no operen en nuestros sitios sagrados.
Aniceto Torres, también representante del pueblo huichol, recordó que en 2008, Felipe Calderón se comprometió, junto con otros cinco gobernadores, a preservar la cultura y respetar los lugares sagrados.Desgraciadamente, no lo ha cumplido. Estamos aquí llamando a la ciudadanía y a los compañeros de otros estados.
En Wirikuta están nuestros soportes de la vida, no sólo para el pueblo wixárika, sino también para todos los humanos que existimos en este planeta. Hacemos referencia a esto para que la gente entienda por qué en Wirikuta se ve esa amenaza tan fuerte, porque están arrancando un corazón, que es del pueblo wixárika, las venas de una vida que soporta a todo un pueblo y a toda la humanidad, explicó Santos de la Cruz.
(Periódico La Jornada, Martes 20 de diciembre de 2011, Ericka Montaño Garfias, link la jornada